LAS PALABRAS DESTERRADAS
Los poetas son sepultureros que entierran palabras
y se contentan con las migajas del diccionario.
Criaturas frugales, no aceptan que las palabras brillen como luces de navíos
vistas desde la playa blanca de la página, desde la banal playa de la vida.
Exigen de ellas la sumisión de las bestias domadas en un circo
o que vayan vestidas con el hábito de los franciscanos.
Pero en la noche frígida barrida por las constelaciones
las palabras desterradas se levantan de sus tumbas
y, en el espacio reservado a las fulguraciones perpetuas,
componen el gran poema del universo.
Cuánta suavidad en lo profundo de los versos y qué final redondo...Gracias por la sorpresa en el poema.
ResponderEliminarUn abrazo,
Ophir
En pocos versos la sabiduría del universo.
ResponderEliminarEstimadísimo Poeta Juan Carlos Olivas:
ResponderEliminarGracias por dedicarte a otros poetas y poetisas. El poema de Lëdo plantea esa naturaleza que nos carcome por dentro, ese modo de ser tan raro...
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.
Estimado Juan Carlos Oliva: Muy buen poema, gracias por compartirlo en la blogosfera.
ResponderEliminarUn abrazo fraterno
Con mucho gusto amigos, hay que compartir la genialidad de los maestros!
ResponderEliminar¡Pobrecitos los fumadores! ¡Prohibidos están!
ResponderEliminarsabes que yo no escribo ni aquí en los blogs ni allá en mi blog y solo quiero que vengas a sonreírse a mi blog con las caris
¡Pobrecitos los fumadores! ¡Prohibidos están!
Gracias Lédo y Juan Carlos, ¡qué honor más grande!
ResponderEliminarUn abrazo fraterno desde Uruguay