sábado, 30 de abril de 2011

Poema de Lédo Ivo (Brasil 1924-)

LAS PALABRAS DESTERRADAS



Los poetas son sepultureros que entierran palabras
y se contentan con las migajas del diccionario.
Criaturas frugales, no aceptan que las palabras brillen como luces de navíos
vistas desde la playa blanca de la página, desde la banal playa de la vida.
Exigen de ellas la sumisión de las bestias domadas en un circo
o que vayan vestidas con el hábito de los franciscanos.
Pero en la noche frígida barrida por las constelaciones
las palabras desterradas se levantan de sus tumbas
y, en el espacio reservado a las fulguraciones perpetuas,
componen el gran poema del universo.

jueves, 21 de abril de 2011

Abadía



Soy quien lleva la tea

y clama a sus cenizas,

el abad de los huesos de Rimbaud,

y el delirio frente al mar

en la isla de Patmos.

En mi se quema el río de la noche

y lo demás es sombra,

literatura y sombra

creciente en las ramas del olivo.


Alguien aulló y supo mi nombre,

de él bebieron antiguos esclavos

entre campos de algodón,

en él se predispuso el poniente

a enseñar su entraña vácua y delatora,

en él un día quebraron el altar

de los desesperados.


Benditas sean las péyades

y su afán de ruina siempre.

Un amigo me llama

a que cante el escombro

hacia mi nombre,
y yo no tengo más

que el firmamento mutilado

en mil otoños concebidos;

de mi mano yace un péndulo

de estricta eternidad,

los huesos de Rimbaud

afinan su belleza

como un cuchillo roto,

y más allá del muro

crece el fin.



(Inédito del libro Miedo a los sótanos, 2011)