viernes, 24 de diciembre de 2010

domingo, 19 de diciembre de 2010

Bibliotecas


Soñé que había muerto
y que en el cielo no habían bibliotecas.
Pensé en Borges,
en la infantil falacia
de figurarse un cielo
y creer que los libros
eran abiertos por los ángeles.

Esta mañana desperté
y quemé todos mis libros
mas el frío persistía,
pensé entonces en Dante
y sus infiernos con almas congeladas.

Al anochecer el cansancio me vencía
y desde el lecho me propuse
escribir el poema,
y creí que era Pessoa
divagando en las bifurcaciones
de sus nombres,
o Whitman destruyendo
su ego en una mesa,
o Lorca que cantaba
la pena de Granada.

Mas nada de esto fui
sino tan sólo
el rescoldo del frío del otoño,
el vicio de un hombre muerto
que tiene la osadía de soñar
y en vida se pasea
por las bibliotecas.