Y los niños vieron el rostro de Mallarmé
y le conocieron,
bajando por el hato de lágrimas.
Tomaron sus bicicletas
y fueron hasta el sur de una colina
amparados por el ángel del misterio.
Sus padres descreyeron aquel día,
lavaron a sus hijos en la piedra;
luego quemaron sus ojos
con la astilla de un espejo.
Dijeron:
La poesía no será sino esa copa concurrente
que fingirás llenar de lágrimas.
Mallarmé lo vio todo desde una nube,
alguien robó las bicicletas,
y en el valle hay muchos padres
que aún no pueden llorar.
Estimado Juan Carlos: es un poema finamente ilado, gloriosamente elaborado. Me ha gustado de cabo a rabo.
ResponderEliminarUn abrazo fraterno
Mae, cambió de estilo o está haciendo experimento lujuriosos con su poesía, me gusta mucho el poema, de verdad, lo noto muy distinto, me agradó demasiado.
ResponderEliminarBello y extraño poema. Parce tener elementos simbólicos y surrealistas. Cierto tono bíblico se nota también en la secuencia de la conjunción "y"; además del leísmo "le conocieron" por "lo conocieron", tan común en las traducciones españolas de la Biblia.
ResponderEliminarfelicidades.
Gracias amigos por los comentarios tan valiosos. Este es un poema perteneciente a un nuevo libro que titulé "Exhumaciones". Espero que lo podamos ver publicado algún día. Por el momento, estaré subiendo al blog algunos de los susodichos poemas.
ResponderEliminarUn abrazo a todos!
Dejé un par de comentarios en otras entradas más abajo. Gracias.
ResponderEliminarJuan Carlos, qué hermoso, y cuánta verdad hay dentro. Un fuerte abrazo y mi complicidad!
ResponderEliminarWilliam, gracias por tu tiempo, yo también sigo tu blog!
ResponderEliminarJoaquín: Es para mi un verdadero honor que un poeta como vos me escriba al blog y hable así de mi poesía, muy sinceramente gracias y pasa adelante cuando quieras.
Un abrazo grande!
Algún día debiéramos hacer una red de blogueros en el país y tener un mayor peso presencial con nuestro blogs. Tal vez sea pronto, no sé, ya una vez se intentó, pero sí fue muy pronto (apenas comenzaban los blogs).
ResponderEliminarUna gratisima sorpresa encontrarte y encontrar tu poesia
ResponderEliminarRodolfo, muchísimas gracia por pasar y bienvenido a esta casa!
ResponderEliminarJuan Carlos, extraordinario poema, en esa sencillez de fino simbolismo que habría gustado al propio Mallarme. Me ha gustado mucho leerlo y mirar las bicicletas intactas en el cielo.
ResponderEliminarUn abrazo!
Estimadísimo Poeta amigo:
ResponderEliminarMuy propio tu poema, pletórico de resonancias de otras dimensiones muy escondidas en lo humano.
Como le escribí también a Alexánder Obando en su blog (y cambiando de tema), ahora se me ocurrió, en una de mis entradas (lean las dos últimas entradas: "Ruffino Rules", y "La fuga cuántica", relato, y lo he dicho, que las monjas inventaron las clínicas de aborto en sus oscuras y clandestinas mazmorras -ahí los curas y los obispos las escogían como pollitas para el matadero y claro, más de una salía embarazada, porque no hay vírgenes, ni María pudo serlo si tuvo un hijo, si es que esto pasó en realidad). Es un hecho: todo lo que tenga ver con religiones huele a infierno, infierno humano.
Hace unos días escribí un poema de unas 150 líneas. Ese texto lo reuní con varios más que ustedes, creo, conocen, habla del hombre y las estrellas (lo tengo guardado, no deseo publicarlo para no quemarlo o que le pase algo peor). Me inmortalizaré. Acuérdate de mí. Ahí planteo toda la cochinada hedionda que son las religiones y el sistema económico mundial, y en general el Hombre.
Abrazos fraterno en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.
Un poema muy hermoso, y como dice Cristian, de cabo a rabo!!! muy logrado, muy redondo, con portillos abiertos y sugerentes. En hora buena!
ResponderEliminarGracias amiguitos!
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