BALADA DE LOS AHORCADOS
Hermanos hombres que viváis más tarde,
con duro corazón no nos juzguéis,
si de nosotros compasión tenéis,
que Dios después con su piedad os guarde.
Aquí estamos colgados cinco o seis.
El cuerpo, que nutrimos demasiado,
ya está medio podrido y devorado.
Bien que a ser polvo nuestra carne vuelva,
más no os burléis del mal que nos es dado.
más no os burléis del mal que nos es dado.
Rogad, más bien, a Dios que nos absuelva.
Dejad que hermanos nuestros os llamamos,
aún cuando hayamos sido condenados
por la justicia a perecer ahorcados,
pues buen sentido todos no tenemos.
Y disculpadnos, ya que fallecemos,
ante el hijo sin mancha de María:
que del fuego nos libre en este día
y, sin cesar, su gracia nos envuelva.
Hemos muerto: ninguno de esto ría.
Rogad, más bien, a Dios que nos absuelva.
Ya la lluvia lavó nuestros despojos
y el sol ennegreció nuestras entrañas.
Los cuervos nos sacaron ya los ojos
y arrancaron la barba y las pestañas.
Jamás inmóviles, a los antojos
nos movemos del viento que nos guía,
más que un dedal picados noche y día
por las aves del campo y de la selva.
No entréis jamás en nuestra cofradía.
Rogad, más bien, a Dios que nos absuelva.
¡Oh Príncipe Jesús, cuyo gobierno
se extiende a todo el mundo, haz que en el infierno
Satanás no nos vea entre sus manos!
¡Que huya Satán y que tu gracia vuelva!
No es aquí el caso de reír, hermanos:
rogad, más bien, a Dios que nos absuelva.
Hola Juan Carlos!!
ResponderEliminarBuff que poema tan duro, pero me ha encantado la penúltima estrofa, es tan realista que estremece pero a la vez te hace viajar hasta muchos sentimientos ;)
Un beso, y yo también pienso lo mismo que tú de mi último poema jeje ;)
Poeta:
ResponderEliminarAl mejor estilo de Leopoldo María Panero. El poema de él ya lo conocía: me lo mostró hace tiempo (¿2006?)el recordado y estimado por todos, el poeta Felipe Granados, ahí, muy cerca de la iglesia de San Pedro, en un puestito de libros empotrado en una soda y que Granados atendía entre cigarro y cigarro. Después terminé comprándole todo el libro clonado de este español y poeta genial que es Leopoldo, de familia de poetas, esquizofrénico, antiguo militante comunista, el primer paisano mío que probó todas las drogas del mundo!
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderasa,
Frank Ruffino.
P.D. En "Tríptico maldito", mi último post, dedico a igual número de poetas ticos. Os invito a amargarte el alma.
Rosa: En este poema nos identificamos todos de alguna manera porque este es nuestro destino, sin excepción alguna, la decadencia. Gracias por visitar este espacio y ensuciarte entre sus ángeles! Un beso para vos!
ResponderEliminarFrank: Diríamos más bien que Leopoldo tiene el estilo maldito de Villon y Baudelaire, he leído la obra completa de LMP y sinceramente es uno de los pocos poetas que realmente me ha marcado de todos los que he leído, me siento mal cuando lo leo, y eso está bien. Ya me doy la vuelta por tu blog. Un abrazo!
Hola Juan Carlos:
ResponderEliminargracias por tu visita a mi blog y tus cálidas palabras. Te lo agradezco.
Ha sido un placer también conocer tu blog, lo volveré a visitar...
Un beso muy grande
Mónica
Bienaventurados los que saben del amor puro
ResponderEliminarpor que ellos son la esencia de Jah en la Tierra.
Llegará el día de la luz,seremos niños jugando hasta el cansancio, por que este es nuestro reino.
Villon, un gran poeta, y esta balada es una de sus joyas.
ResponderEliminarSaludos y gracias por traerlo a colación
Mónica: Las gracias a vos por devolver la visita y te esperamos en otros entradas, bienvenida! Un beso!
ResponderEliminarAlabanzas: bienaventurados los que tienen por ventura la vasta humillación de no tenerla...
Asterión: Completamente de acuerdo con vos, Villon, quizás el primer poeta maldito de Francia, nos dejó este epitafio cuando esperaba la muerte en el patíbulo (del cual se escapa por gracia del Rey). Un genio, sin duda alguna. Un abrazo!
Gracias a todos por sus acertados comentarios!
Caray, qué poema, qué temática y qué bien construido. Hace temblar, pero es muy bueno.
ResponderEliminarMe volveré a acercar por aquí.
Saludos
Angeles: Es un poema fuerte... Bienvenida a tu casa! Un abrazo!
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